Page 678 - Hijos del dios binario - David B Gil
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había sentido tan vulnerable. Se envolvió mejor en
el abrigo, pues de repente tenía frío, y así esperó,
con la mente mermada por los psicofármacos y
bloqueada por el miedo, mirando alternativamente
hacia la boca del túnel, por el que ahora no
circulaba ningún taxi, y hacia el bloque de
apartamentos, pues aún temía que alguien pudiera
abandonar aquel sótano en su búsqueda.
En algún momento, los faros de un coche la
iluminaron. Alicia levantó la cabeza y vio cómo el
pequeño utilitario de Lulú se detenía en la linde del
parque. De su interior salió la amiga de Daniel,
que, con pasos tan rápidos como le permitían sus
tacones, se apresuró hacia donde ella se
encontraba. Alicia solo acertó a sonreír aliviada y a
permanecer sentada abrazándose los hombros,
incapaz de ponerse en pie por miedo a un acceso
de náusea.
La joven se sentó a su lado y la miró a los ojos
con cierta alarma.
—¿Estás bien? ¿Por qué has venido aquí sola?
Alicia negó con la cabeza.
—Preferiría dejar las explicaciones para más
tarde. ¿Puedes llevarme con Daniel?
Lulú suspiró como una madre resignada y
desbloqueó su móvil. Hizo una llamada que fue
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