Page 31 - LIBRO DE ACTAS-II-JORINVEDUC-2016
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PANEL
“UNA MIRADA DE LA PRÁCTICA DOCENTE DESDE LAS CARRERAS DE INGENIERÍA”
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Esp. Gustavo Lores (FI-UNJu)
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A nivel nacional
El Consejo Federal de Decanos de Facultades de Ingeniería (CONFEDI) de la República
Argentina nace en marzo de 1988 a partir de la inquietud de un grupo de Decanos de conformar un
ámbito en el cual se debatan y propicien, a partir de experiencias propias, soluciones a las
problemáticas universitarias planteadas en las Unidades Académicas de Ingeniería. Hoy, más de
100 facultades o departamentos de ingeniería integran el CONFEDI.
Superados los primeros procesos de acreditación de las Carreras de Ingeniería incluidas en
el Artículo 43 de la Ley de Educación Superior (2003-2004) surgen de los procesos de
autoevaluación y de evaluación externas una serie de conclusiones que permiten analizar el estado
de situación de ellas tanto a nivel general como particular.
Específicamente en materia de indicadores académicos fueron recurrentes las siguientes
situaciones: elevada tasa de deserción en primer año, alto grado de desgranamiento, cronicidad y
baja tasa de graduación. Los valores fueron analizados con relación al marco de referencia del
Espacio Común Europeo de Educación Superior para carreras similares.
Los programas de Apoyo al Mejoramiento de la Gestión Académica conocidos como PROMEI
(Programas de Mejoramiento de la Enseñanza de Ingeniería) apuntaron en ese momento a
remediar debilidades estructurales de las Unidades Académicas: incrementar la planta docente,
incentivar la investigación a través del aumento de dedicación de los mismos, mejorar la dotación
de equipamiento y bibliografía, implementar sistemas de tutorías para alumnos ingresantes y
estimular la capacitación del cuerpo académico en docencia superior.
Si bien a partir de la implementación de estos programas se produjo una mejora general y sostenida
en todos los indicadores mencionados, no se propició, en esta instancia, una innovación en la
práctica docente.
La realidad de los indicadores mostraba crudamente que eran muy pocos los alumnos que
alcanzaban su titulación, que demoraban en promedio unos 8 años para recibirse y que, por lo
general, lo hacían porque superaban los obstáculos de todo tipo que la institución les ponía de
manera sistemática.
No obstante, hubo un hecho significativo: la puesta en marcha de los Sistemas de Tutorías
para ingresantes incluyó, con diferentes modalidades, la participación de profesionales de la
Psicología y/o de las Ciencias de la Educación que integraron equipos de trabajo junto a Docentes
de Ingeniería. Este hecho novedoso en nuestras Facultades tuvo un impacto diverso, pero
básicamente generó una serie de cuestionamientos y, en especial, un cambio en la perspectiva que
llevó a un enfoque orientado al alumno. Hubo una sensibilización importante en gestores y docentes
sobre la necesidad de innovar en la práctica docente.
Paralelamente y como consecuencia de los acuerdos europeos en materia de formación por
competencias en educación superior, se concluye en la importancia de contar con una referencia en
cuanto a las que se deberían desarrollar en los graduados de ingeniería en Argentina. Así comienza
el trabajo para alcanzar un consenso sobre Competencias Genéricas.
Se conformó una comisión y se trabajó durante casi dos años hasta llegar a Bahía Blanca, en
5 Ponencia presentada como aporte al Panel: “La Educación desde la multireferencialidad de las disciplinas y 31
conformación de equipos de investigación".
6 glores@fi.unju.edu.ar

