Page 28 - LIBRO DE ACTAS-II-JORINVEDUC-2016
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relaciones  y  vínculos  que  se  configuran  en  sus  tramas,  en  las  miradas  hacia  las  poblaciones
                 estudiantiles,  sus problemas  y  vulnerabilidades,  por  ejemplo,  aquellos sectores  crecientemente
                 incorporados a partir de la obligatoriedad secundaria. Sujetos que imprimen sus marcas en las
                 relaciones con los actores territoriales, las familias, los grupos sociales y los espacios comunitarios,
                 y las políticas sociales. Adultos que definen las prácticas colectivas a partir de sus posicionamientos
                 frente a los procesos en curso, cuyo sentido depende en gran medida del rumbo que esos actores
                 impriman a sus acciones. Adultos que suelen encontrarse “desamparados” frente a la magnitud de
                 los cambios que les toca enfrentar y llevar adelante, a veces por mandato de una sociedad que no
                 alcanza a dimensionar la complejidad de esa tarea (Zelmanovich;2003)
                        En  fin,  nos  interesa  destacar  la  posibilidad  y  la  necesidad  de  construir  una  mirada
                 conceptual  respecto  de  los  sujetos,  que  logre  registrar  estas  pluralidades  y  experiencias,
                 posicionamientos contrapuestos y confrontaciones profundas, que nos permita comprender a los
                 niños  y  los  jóvenes,  a  los  educadores,  a  los  actores  sociales,  no  sólo  en  términos  de  “nuevas
                 subjetividades” ubicadas en un mundo global y sus cambios estructurales, sino como sujetos de
                 carne y hueso que viven ese mundo complejo, profundamente arraigados en su cotidianeidad, en
                 su entorno, en las tensiones más concretas de la vida diaria y colectiva. Un sujeto entendido a la vez
                 como singular y colectivo.
                        Y que nos permita, también, no perder de vista la posibilidad de comprender a esos sujetos,
                 en  especial,  a  los  sectores  populares  -destinatarios  centrales  de  la  educación  pública-  en  sus
                 problemas, en sus conflictividades, en sus vulnerabilidades, pero también, tal como decía Patricia
                 Redondo (2004) hace unos cuantos años, como sujetos deseantes de otros futuros en cuya dirección
                 caminan día a día.


                 3. Contextos
                        Finalmente, unas pocas palabras respecto de los contextos en los que se inscriben sujetos e
                 instituciones. Categoría compleja sobre la que habría tanto para decir en estos tiempos.
                        Me  interesa  destacar  para  recuperar  palabras  antedichas-,  la  necesidad  de  descubrir,
                 reconstruir, escarbar y profundizar en los entramados locales más concretos de las configuraciones
                 sociales actuales, para comprender sus articulaciones con los procesos sociales más amplios, los
                 modos  en  que  estos  se  condensan  en  el  espacio  local  a  partir  de  las  prácticas  de  los  actores
                 concretos, e identificar las resignificaciones e invenciones que estos sujetos elaboran.
                        Recuperar investigaciones que proponen caminos conceptuales y metodológicos para mirar
                 los indicios locales en clave relacional y procesual, identificar sucesos, sujetos y acciones colectivas,
                 y reconstruir diferencias y convergencias concatenadas en el tiempo.
                        Entender, así, las lógicas de aquella comunidad del interior de Córdoba en la que fue posible
                 el trabajo con relación a la infancia, acceder al entramado histórico del barrio obrero en el que los
                 hombres  desempleados  albergaron  a  adolescentes  errantes,  identificar  las  particularidades
                 sociales  y  territoriales  en  aquel  Sitio  de  Memoria  capaz  de  nuclear  a  cientos  de  jóvenes  y  sus
                 docentes, o en el barrio de la escuela que recibió a Don Luna y su proyecto.
                        Consideramos  necesario  también  atender  en  esos  entramados,  a  las  huellas  de  las
                 transformaciones sociales de las últimas décadas, revisar los procesos emergentes en el país y en
                 cada  espacio  local  en  la  etapa  democrática,  en  particular  en  los  años  posteriores  a  la  crisis
                 económica, social y política de 2001, como “tiempo de demandas de igualdad y derechos” (Jelin;
                 2011) alimentadas en el seno de un “cambio de época” (Svampa; 2008) cuyo curso será necesario
                 seguir interrogando a futuro.
                        Quisiera  subrayar  el  valor  del  trabajo  de  campo  como  el  lugar  donde  reconocer  las
                 singularidades, las dificultades y potencialidades, la variabilidad y contingencia de los procesos;
                 ello  requiere  disponerse  a  “desnaturalizar”  las  categorías  sociales  y  analíticas,  y  examinar
                 críticamente los indicios emergentes a través de la construcción conceptual, que abone visibilidades

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