Page 46 - LIBRO DE ACTAS-II-JORINVEDUC-2016
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los estudiantes en cada cursada, los que dan cuenta de los procesos de formación en la cátedra.

                        Entre  los  trabajos  sobre  la  formación  docente  como  objeto  de  investigación  que  hemos
                 podido sistematizar en mayor medida, quisiera mencionar: “Proceso de Construcción de una Práctica
                 Pedagógica” elaborado por Detke, Kusco, Medina y Pared, adscriptos de la cátedra durante la cursada
                 del año 2015 y  “Aproximación etnográfica a una Pedagogía de la Investigación: “Proyecto La Clase”,
                 una Comunidad de Práctica (FCEQyN - UNaM)”, de mi autoría y que fuera la tesis que me permitió
                 obtener el grado de Licenciada en Antropología Social, en la Facultad de Humanidades y Ciencias
                 Sociales de la UNaM

                        Es este último trabajo al que me referiré con algo más de profundidad y dado que etnografía
                 una experiencia de formación en investigación, me pareció pertinente compartirlo con ustedes en
                 este panel.
                        Fue  y  sigue  siendo  complejo  hablar  de  la  etnografía  -el  proceso  de  “documentar  lo  no
                 documentado” (Rockwell)-, de la experiencia áulica del 2009. Difícil porque se trató de un proceso
                 colectivo de construcción de una propuesta educativa mediante la cual tomamos como objeto de
                 investigación el curso, a medida que lo experimentábamos, en aquel primer semestre del año 2009.
                 Fue difícil tanto para ellos, los alumnos, como para mí, la docente. Fue difícil entonces y volvió a serlo
                 cinco años después cuando retomé esa experiencia para documentarla. Fue asimismo difícil tomar la
                 necesaria  distancia  con  aquella  experiencia  que  me  comprometió  nuevamente  al  momento  de
                 escribir la tesis. Momento en el que fui develando que se trató de un reestudio pues el objeto de
                 conocimiento era el mismo; que la metodología de investigación que poníamos en acción, tanto ellos
                 como yo, era la IAP (aun cuando yo no lo había podido vislumbrar en aquel momento y ellos sí); que
                 resultó sorprendente la increíble coincidencia entre los tres ejes de la problematización que los
                 estudiantes construyeron en aquel momento (2009) y las líneas de análisis que fueron imponiéndose
                 al  reestudiar  cinco  años  después.  Los  trabajos  de  Wenger  y  Lave  me  ayudaron  a  pensar  estas
                 coincidencias desde la categoría de “comunidad de práctica”
                        ¿Qué  documenta  esa  tesis?  Documenta,  una  a  una,  las  clases  desarrolladas  durante  la
                 experiencia de formación en la cátedra metodología de la investigación educativa que tuvo lugar
                 durante el mencionado año 2009, con 21 estudiantes de los profesorados en biología, matemática y
                 física. En primer lugar, se hace una descripción densa de los momentos fundamentales de cada clase,
                 tanto lo que hacíamos o el contenido de la clase, como lo que suscitaba en cada uno de nosotros la
                 experiencia  de  ese  hacer.  Esa  descripción  se  organiza  en  tres  etapas  que  retoman  procesos
                 significativos  en  el  desarrollo  de  la  experiencia:  inicio,  desarrollo  y  cierre  del  curso,  con  las
                 características  que  se  enuncian  para  cada  caso.  En  segundo  lugar,  se  reflexiona  sobre  el
                 comportamiento de los actores y se analiza la estrategia metodológica de  enseñanza, así como la
                 perspectiva epistemológica desde la que se favoreció la concreción de la investigación del objeto de
                 estudio al que denominamos “Proyecto La Clase”.

                        En esta presentación, simplemente compartiré con ustedes algunos párrafos que me parecen
                 ilustrativos para dar cuenta de lo que esta experiencia significó para los involucrados.

                        Las palabras iniciales del trabajo, parten de una fórmula que Bourdieu nos propone a los
                 intelectuales:

                            “Conocimiento de los mecanismos y de los sentidos + autosocioanálisis asistido
                            + autosocioanálisis propio (objetivación del sujeto objetivante) = posibilidad de
                            actuar y obligación de hacerlo…” (Gutiérrez, 1999: 19)
                   Esta propuesta, leída poco después de la experiencia realizada en el 2009, me interpeló y me
                 movilizó a pensar en la propuesta pedagógica formulada a un grupo de estudiantes:
                   “…Siempre sentí que los intelectuales tenemos una gran responsabilidad en la transformación
                   del orden establecido, pero también siempre sentí las limitaciones que tenemos para llevarla a
                   cabo. Nunca antes había reflexionado acerca de la obligación de hacerlo, tal como nos propone
                   Bourdieu  […]  En  algún  punto  la  experiencia  había  liberado  a  los  estudiantes  de  pequeñas
                   ataduras, en algunas cuestiones nos habíamos emancipado del sentido común. De eso dieron
                   cuenta  sus  trabajos  finales,  (ver  Anexo).  Y  fueron  esas  producciones,  esos  trabajos  que
                   denotaban sus esfuerzos de ruptura con las ideas “naturales” de lo social, los que me condujeron

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