Page 93 - Viaje A Un Planeta Wu-Wei - Gabriel Bermudez Castillo
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Viaje a un plan eta Wu -Wei Gabri e l Berm údez Casti llo
rápidamente borrada, aparecía en los ojos del hombre
alto.
—Mucho sufrimiento —dijo, con lentitud—. Muy
difícil. Pero tú no criminal.
Arropándose en su manto, Vikole volvió hacia atrás.
Hizo una seña a Manchuok.
—Coger regalos.
A su vez, Manchuok, después de dejar la maza en el
suelo, se acercó, tomando en sus sucias manos los tres
frasquitos. Un hedor a suciedad y a alcohol, como si
Manchuok estuviera ahito de algún vino barato, llegó
al olfato de Sergio. Recordó entonces que no había
sentido ningún mal olor procedente de Vikole.
Seguramente esta gente, destilaba burdamente algún
licor de cualquier planta desconocida. Sin decir una
palabra, Manchuok colocó los regalos en un zurrón de
piel, recogió su maza y comenzó a andar hacia la cima
de la colina. Sergio permaneció inmóvil, viéndolos
marcharse. Al cabo de unos minutos, sólo la figura del
enano permaneció visible en la cresta cubierta de
hierba, dando saltos, y alzando los dos puñotes
peludos sobre su cabeza...
—Gronff —trajo el viento—. Gronff... Chuok, chuok.
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