Page 134 - La muerte de Artemio Cruz
P. 134

labios, dando la espalda a las danzas y a las justas fingidas... algunos hombres salían a
                  orinar... ya llevaban la mano en la bragueta... algunas mujeres a polvarse... ya abrían el
                  bolso de noche... sonrió con dureza... lo único que provocaba el despliegue de alegría y
                  munificencia: cacareó en silencio... los imaginó... todos, a cada uno, en fila frente a los
                  dos  lavabos  de  la  planta  baja...  todos  orinándose  con  la  vejiga  cargada  de  líquidos
                  espléndidos... todos cagando los restos de la comida preparada durante dos días con una
                  minucia, un gusto, una selección... en todo ajenos a este destino final de los patos y las
                  langostas, los purés y las salsas... ah sí, el mayor placer de toda la noche...
                      Se cansaban pronto. La bailarina terminó de bailar y quedó rodeada de indiferencia.
                  La  gente volvió a conversar,  a pedir más champaña,  a sentarse en los  sofás  hondos;
                  otros regresaban de la excursión, abrochándose las braguetas, guardando las polveras en
                  los  bolsos  de  noche.  Se  agotaba.  La  breve  orgía  prevista...  la  puntual  exaltación
                  programada...  las  voces  regresaban  a  su  tono  quedo  y  cantando...  al  disimulo  de  la
                  meseta  mexicana...  regresaban  esas  preocupaciones...  como  si  quisieran  vengarse  del
                  momento pasado, del fugaz instante...
                      —...no, porque la cortisona me produce erupciones...
                      —...no sabes qué ejercicios espirituales está dando el padre Martínez...
                      —...mírala: quién lo diría; dicen que fueron...
                      —...tuve que correrla...
                      —...Luis llega tan cansado que sólo le dan ganas...
                      —...no, Jaime no le gusta...
                      —...se puso muy alzada...
                      —...de ver un rato la tele...
                      —...ya no se puede con las criadas de hoy...
                      —...amantes hace como veinte años...
                      —...¿cómo se le va a dar el voto a esta bola de indios?
                      —...y la mujer sola en su casa; nunca...
                      —...son cuestiones de alta política; recibimos la...
                      —...que el PRI siga eligiendo de dedo y ya...
                      —...consigna del señor Presidente en la cámara...
                      —...yo sí me atrevo...
                      —...Laura; creo que se llama Laura...
                      —...trabajamos unos cuantos...
                      —...si se vuelve a mencionar el income tax...
                      —...para treinta millones de zánganos...
                      —...yo de plano me llevo mis ahorros a Suiza...
                      —...los comunistas sólo entienden...
                      —...no, Jaime, nadie debe molestarlo...
                      —...va a ser un negocio de fábula...
                      —...a macanazos...
                      —...se invierten cien millones...
                      —...es un Dalí precioso...
                      —...y los recuperamos en un par de años...
                      —...me lo mandaron los agentes de mi galería...
                      —...o menos...
                      —...en Nueva York...
                      —...vivió muchos años en Francia; decepciones... dicen...
                      —...vamos a reunirnos las puras señoras...
                      —...París es la ciudad por antonomasia...

                 E-book descargado desde  http://mxgo.net  Visitanos y baja miles de e-books Gratis /Página 134
   129   130   131   132   133   134   135   136   137   138   139