Page 192 - 14 ENRIQUE IV--WILLIAM SHAKESPEARE
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               William Shakespeare                    donde los libros son gratis

               de un peligro común que nos reúne y nos agrupa en esta forma
               monstruosa para garantizar nuestra seguridad. He enviado a Vuestra
               Gracia la enumeración y el detalle de nuestras quejas, los que fueron
               rechazados con desdén por la Corte, lo que dio origen a esta Hydra,
               hija de la guerra. Pero sus ojos terribles pueden ser adormecidos por el
               encanto, concediéndonos nuestros justos y legítimos reclamos y la
               verdadera obediencia, curada de esta locura, caerá humildemente a los
               pies de la majestad.
               MOWBRAY.- Si no, prontos estamos a tentar la fortuna hasta el
               último hombre.
               HASTINGS.-    Y   aunque   sucumbiéramos  aquí,  tendremos
               reemplazantes para renovar la empresa; si fracasan, otros les
               sucederán y así tomará vida querella se trasmitirá de heredero en
               heredero, en tanto que en Inglaterra haya generaciones.
               PRÍNCIPE JUAN.- Sois muy ligero, Hastings, demasiado ligero, para
               sondear así la profundidad de los tiempos venideros.
               WESTMORELAND.-       Quiera   Vuestra  Gracia   contestarles
               directamente en qué términos acepta sus proposiciones.
               PRÍNCIPE JUAN.- Las acepto todas y las apruebo. Juro aquí, por el
               honor de mi sangre, que los propósitos de mi padre fueron mal
               entendidos y que algunos de los que están cerca de él, falsearon
               frecuentemente su voluntad y su autoridad. Milord estos agravios
               serán prontamente reparados; por mi alma, lo serán. Si os place,
               devolved vuestras fuerzas a sus condados respectivos, como haremos
               con las nuestras; y aquí, entre los ejércitos, bebamos juntos
               amistosamente y abracémonos, para que todos los ojos puedan llevar a
               sus hogares, el testimonio de nuestro restaurado amor y renovada
               amistad.
               ARZOBISPO.- Tomo vuestra palabra de príncipe por esas
               satisfacciones.
               PRÍNCIPE JUAN.- Os lo doy y mantendré mi palabra; en
               consecuencia, bebo a la salud de Vuestra Gracia.

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