Page 193 - 14 ENRIQUE IV--WILLIAM SHAKESPEARE
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               Enrique IV                             donde los libros son gratis

               HASTINGS.- Id, capitán (a un oficial) y llevad al ejército estas
               noticias de paz; que las tropas sean pagadas y partan; sé que eso les
               agradará. Apresúrate, capitán.
                   (Sale el oficial)
               ARZOBISPO.- A vos mi noble lord de Westmoreland!
               WESTMORELAND.- Correspondo a Vuestra Gracia. Y, si supierais
               qué de trabajo me he dado para conseguir esta paz, beberíais de todo
               corazón; pero mi amor por vos se hará ver en breve más abiertamente.
               ARZOBISPO.- No dudo de vos.
               WESTMORELAND.- Eso me contenta; salud a milord, mi gentil
               primo, Mowbray!
               MOWBRAY.- Me deseáis salud en el momento oportuno, porque
               acabo de sentir súbitamente una indisposición.
               ARZOBISPO.- Antes de la desgracia, siempre los hombres están
               alegres, pero la tristeza presagia la felicidad.
               WESTMORELAND.- Regocijaos, pues, primo, porque esa súbita
               tristeza, os permite decir que algo feliz os sucederá mañana.
               ARZOBISPO.- Creedme, tengo el humor más que alegre.
               MOWBRAY.- Tanto peor, si vuestra máxima es exacta.
                   (Aclamaciones a lo lejos)
               PRÍNCIPE JUAN.- La palabra de paz se ha hecho pública. Oíd como
               la aclaman!
               MOWBRAY.- Esos vítores habrían sido más gozosos después de una
               victoria.
               ARZOBISPO.- La paz es en sí misma una conquista; porque entonces
               ambos partidos se someten y ninguno de ellos se pierde.
               PRÍNCIPE JUAN.- Id, milord y licenciad también nuestro Ejército.
                   (Sale Westmoreland)
               Y si lo permitís, mi buen lord, nuestras tropas desfilarán ante
               nosotros, a fin de que veamos con qué clase de hombres habríamos
               tenido que medirnos.



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