Page 66 - A orillas del río Piedra me senté y lloré
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Él durmió un poco, y yo volví  a quedarme despierta, mirando el
                  rectángulo oscuro de la ventana. Nos levantamos, cenamos con la familia que
                  nunca conversaba en la mesa, y él pidió la llave de la casa.
                         — Hoy vamos a volver tarde —le dijo a la mujer.

                         — Los jóvenes necesitan divertirse —respondió ella—. Y aprovechar los
                  días festivos de la mejor manera posible.
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