Page 92 - Los Humanoides - Jack Willianson
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Claypool sacó un cigarro de la pitillera de cuero


            repujado  que  le  regalara  Ruth  en  su  último

            cumpleaños.


                    —¿Dónde está el personal? —comenzó a decir—.

            Me gustaría... ¡eh! ¿Qué es esto?


                    El humanoide le había quitado el cigarro de la boca,


            la cigarrera y los fósforos.


                    —No  podemos  permitirle  fumar,  señor  —la

            metálica  voz  del  robot  habló  con  su  insoportable


            serenidad—. El tabaco le hace daño y en su estado de

            nervios puede quemarse con un fósforo encendido.


                    Con un tremendo esfuerzo logró dominar la cólera


            violenta  que  lo  invadía.  Un  cigarro  no  valía  la  pena

            para  que  provocara  una  escena  que  le  podía  hacer

            perder su personalidad, como ocurriera con Ruth.


                    —Puede que haya estado fumando demasiado —


            aceptó. Aún no podía permitirse el lujo de estallar. Los

            proyectiles que estaban en el depósito secreto merecían


            su sacrificio, hasta el momento en que le fuera posible

            oprimir el botón que los lanzaba.


                    —Usted  preguntó  por  el  personal,  señor  —


            prosiguió  el  humanoide  con  su  voz  metálica—.  Los

            astrónomos  se  marcharon  cuando  desmontamos  el

            Observatorio  y  los  técnicos  también...,  ahora  están


            viviendo  en  las  nuevas  residencias  que  les  hemos

            construido.


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