Page 502 - La Constelación Del Perro - Peter Heller
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Eso fue todo. Y levantó una mano tiesa como


              una garra y me tocó la barba.




                     Estuvo entre la vida y la muerte dos semanas.


              O  más.  Podía  morirse  por  deshidratación  o  por


              pérdida de sangre, pero no se murió. Era duro de


              pelar, el cabronazo. Lo sabíamos. Cima no quiso


              moverlo. Lo acomodó en el sofá. Le recompuso la


              pierna destrozada por un tiro en el muslo y se la


              entablilló.  Le  limpió  y  le  cosió  el  agujero  del



              costado  izquierdo,  donde  una  bala  le  había  roto


              una  costilla  pero  no  le  había  alcanzado  el


              estómago. Por la tarde hacía calor en el hangar


              pero se podía soportar con la puerta abierta y el


              agujero de la pared del oeste. Tardó cuatro días


              en volver a reconocerme. Fue cosa de segundos


              antes  de  volver  a  caer  en  aquella  especie  de



              coma. Le dábamos agua y Sprite con una jeringa


              de cocina. El sexto día abrió los ojos mientras ella


              le daba de comer y se la quedó mirando.




                     Señora Hig, dijo.




                     Cima nos contó que le entró la risa al ver la


              cara con que se lo había dicho: la expresión de


              un hombre medio muerto. Dijo que fue como un


              desafío, como si la retara a negarlo, aunque sin








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