Page 179 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
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Pero no el tipo de la barba; no era más que un loco. No
significaba nada. Sólo que quizás aquel pequeño encuentro
había encaminado la mente de Luke hacia lo que podía ser
el camino acertado.
La noche que se había emborrachado con Gresham, antes
de que quedarse dormido, recibió la visita de un marciano,
al que había maldecido. «Yo te inventé», recordaba haberle
dicho.
¿Y si lo hizo en realidad? ¿Y si su mente, en medio de la
borrachera, había reconocido algo que su mente sobria des‐
conocía? ¿Y si el solipsismo no era estúpido? ¿Y si el Uni‐
verso y todo lo que contenía era sencillamente producto de
la imaginación de Luke Deveraux? ¿Y si él, Luke Deveraux,
inventó a los marcianos la noche en que llegaron, cuando
se encontraba en la cabaña de Carter Benson, en el de‐
sierto?
Luke se levantó del banco y empezó a caminar con rapi‐
dez, para conseguir que su mente se despejara. Se esforzó
en recordar lo sucedido aquella noche. Antes de que llama‐
ran a la puerta había tenido una idea para el argumento de
la novela de ciencia ficción que trataba de escribir. Había
estado pensando: ¿Qué sucedería si los marcianos...? Pero
no podía recordar el resto de aquella idea. La llamada del
marciano le había interrumpido.
¿O no fue así? ¿Y si, aunque su mente consciente no llegó
a formular la idea con claridad, ésta ya se había concretado
en su mente subconsciente?: «¿Qué sucedería si los marcia‐
nos fuesen hombrecillos verdes, visible, audibles, pero no
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