Page 22 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
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a un marciano, sino porque Benson le dijo que los coyotes
a veces se acercaban a la cabaña por las noches y quería
sacar algunas fotografías.
Volvió a la otra habitación, preparó la cámara rápida‐
mente y la sujetó con una mano, manteniendo el flash en la
otra.
–¿Quieres que pose para ti? –preguntó el marciano.
Se colocó los pulgares en los oídos y agitó sus otros diez
dedos, miró bizco y sacó una larga lengua de un color ama‐
rillo verdoso.
Luke tomó su fotografía. Puso otra bombilla en el flash,
pasó la foto y apuntó la cámara de nuevo. Pero el marciano
ya no se hallaba allí. Su voz, desde otro extremo de la ha‐
bitación, dijo:
–Con una basta, Mack. No tientes a la suerte haciendo
que me aburra más de lo que estoy.
Luke giró rápidamente y apuntó la cámara en aquella di‐
rección, pero cuando levantó el flash, el marciano había
desaparecido. Y una voz a sus espaldas le decía que no se
mostrase más estúpido de lo que era en realidad.
Luke abandonó la lucha y dejó la cámara encima de la
mesa. Por lo menos tenía una foto. Era una lástima que no
tratase de un carrete en color, pero no se puede tener todo.
Volvió a coger su vaso. Se sentó con él en la mano, porque
de repente el suelo empezó a oscilar. Bebió un trago para
serenarse, y dijo:
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