Page 73 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
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El resto estaba en letras más pequeñas. Se metió el pros‐
pecto en el bolsillo. Quizá lo leyese más tarde. Probable‐
mente era un nuevo timo. Una depresión económica crea
timos como un pantano crea mosquitos.
Otra fila de gente que daba la vuelta a una esquina. Le
pareció más larga que las otras dos que había visto, y se
preguntó si se trataría de una agencia publica de coloca‐
ción, una que no cobrase derechos de inscripción.
Si era así, no le costaría nada inscribirse, ya que no podía
pensar en nada más constructivo por el momento. Además,
si su dinero se acababa antes de conseguir un empleo, ten‐
dría que estar registrado para poder cobrar el subsidio. O
entrar en los trabajos públicos que el gobierno ya estaba
organizando. ¿Tendrían un proyecto para escritores esta
vez? En tal caso, sin duda tendría trabajo, y no sería como
escritor de novelas, sino sólo para desarrollar algo así como
una historia de Long Beach, y aunque estuviera acabado
como escritor, aquello aún podía hacerlo, borracho o dor‐
mido.
La cola parecía adelantar bastante aprisa, tan aprisa que
pensó que sólo debían dar impresos para que la gente los
cumplimentara y los enviara por correo.
Fuera como fuese, iría a la cabeza de la fila para asegu‐
rarse de lo que pasaba.
No pasaba nada. La cola llevaba a un comedor gratuito
de emergencia. Atravesaba un gran portal que daba a un
enorme edificio, el cual parecía haber estado destinado a
sala de baile o a pista de patinaje. Ahora estaba lleno de
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