Page 74 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
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largas mesas improvisadas con tablones colocados sobre
caballetes de madera; cientos de personas en su mayoría
hombres, pero también algunas mujeres, se sentaban a las
mesas, inclinados sobre paltos de sopa. Docenas de mar‐
cianos corrían arriba y abajo sobre las mesas, con frecuen‐
cia poniendo los pies –sin otro efecto que el visual, desde
luego– en los humeantes platos y saltando por encima de
las cabezas de los que comían.
El olor de la sopa no era malo, y aquello recordó a Luke
que tenía hambre; debía de ser ya mediodía y no había
desayunado. ¿Por qué no ponerse en la fila y conservar sus
escasos recursos financieros? Nadie parecía hacer ninguna
pregunta; cualquiera que se ponía en la cola recibía un
plato.
¿O no era así? Por un momento observó la mesa donde
había un gran caldero de sopa, del que un hombre gordo
con un grasiento delantal servía la sopa en los platos que le
presentaban; se fijó en que bastantes personas dejaban el
plato de sopa encima de la mesa y con una expresión de
disgusto en el rostro, daban media vuelta y se marchaban.
Luke puso la mano en el brazo de un hombre que pasaba
por su lado después de rechazar la sopa con gesto hosco.
–¿Qué pasa? –preguntó–. ¿Tan mala es la sopa? Parece
que huele bien.
–Ve a mirar, amigo –dijo el hombre, soltándose y diri‐
giéndose hacia la salida.
Luke se acercó más y miró. Ahora podía ver que había un
marciano dentro del caldero, sentado o en cuclillas. Cada
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