Page 76 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
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–A ese precio desde luego –dijo Luke–. ¿Por qué?
–El dueño va a cerrar el negocio esta noche. Tenemos más
tarta de la que podemos vender hasta entonces. ¿Por qué
no regalarla?
Puso el plato con el trozo de tarta y un tenedor delante de
Luke.
–Gracias –repitió Luke–. ¿Tan mal van los negocios?
–Hermano, las cosas están mal... –dijo el camarero.
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Hermano, las cosas iban mal. Y en ningún lado peor que
en el mundo del delito y de la ley. Cabía pensar que si las
cosas iban mal para los policías, irían bien para los granu‐
jas, o viceversa; pero en realidad no era así.
Las cosas iban mal para las fuerzas de la ley y el orden
porque los crímenes violentos y las peleas florecían por to‐
das partes. Los nervios de todos estaban a punto de esta‐
llar. No servía de nada el atacar o pelarse con los marcianos
–ni siquiera en intentarlo–, así que la gente discutía y lu‐
chaba entre sí. Las peleas callejeras y domésticas abunda‐
ban. Los asesinatos –no con premeditación, sino cometidos
en un arrebato de ira o locura temporal– iban en aumento.
Sí, la policía tenía las manos llenas... y las cárceles aún más
llenas.
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