Page 94 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
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la realidad que puede llevar directamente a la esquizofre‐
nia y a la paranoia. Por el contrario, el prestarles plena
atención, el permitir que lleguen a irritarles seriamente
puede llevarles a un ataque de nervios... o a la apoplejía.
Parecía lógico, pensó Luke. En casi todas las cosas de este
mundo, el término medio es el mejor.
El marciano sentado en la esquina del escritorio bostezó
desaforadamente.
Un segundo marciano kwimmó de repente al despacho,
justo en el centro de la mesa, tan cerca de la nariz de Forbes
que éste dejó escapar una exclamación involuntaria. Luego
sonrió a sus alumnos por encima de la cabeza del mar‐
ciano.
Volvió a mirar sus notas, pero el marciano ya estaba sen‐
tado encima de ellas. Pasó una mano a través del marciano
y las corrió hacia un lado; el marciano se movió en el acto
para mantenerse encima de ellas.
Forbes suspiró y levantó los ojos parar mirar a la clase.
–Bien, parece ser que tendré que hablar sin la ayuda de
mis notas. Su sentido del humor es muy infantil.
Se inclinó hacia un lado para ver mejor por el costado del
marciano sentado delante de él. El marciano también se in‐
clinó hacia el mismo lado. Forbes se enderezó y el marciano
repitió su movimiento.
–Su sentido del humor es muy infantil –volvió a decir
Forbes–. A este respecto, debo decirles que ha sido a través
de mi estudio de los niños y sus reacciones hacia los mar‐
cianos como he llegado a desarrollar la mayor parte de mis
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