Page 99 - Marciano Vete A Casa - Fredric Brown
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El médico había estado ocupado hasta tarde, pero se pre‐


            paraba para marcharse cuando los dos entraron en su des‐


            pacho. Lo llevaron a la oficina de Forbes, le explicaron lo


            ocurrido, le dijeron que ahora él era el responsable y se



            marcharon.


               Cuando bajaban las escaleras, Luke dijo:


               –Era un tipo simpático, mientras duró.


               –Y su idea era buena, mientras duró.


               –Así lo creo –dijo Luke–. Y ahora me siento totalmente


            apagado. Oiga, íbamos a tratar de recordar dónde nos co‐


            nocimos. ¿Ha pensado algo?


               –¿No pudo ser en la Paramount? He trabajado allí seis


            años, hasta que cerraron los estudios hace dos semanas.



               –Eso  es  –dijo  Luke–.  Usted  escribía  en  series.  Yo  pasé


            unas cuantas semanas trabajando en guiones, hace ya algu‐


            nos años. No me gustaba mucho y lo dejé. Lo mío es escri‐


            bir historias, no preparar guiones.


               –Debió de ser ahí entonces. Oiga, Deveraux...


               –Llámeme Luke. Y su nombre es Steve, ¿no?


               –Así es. Bien, Luke, yo también me siento apagado. Pero



            ya sé en qué gastarme los cinco dólares que acabo de reco‐


            brar. ¿Tiene alguna idea con respecto a los suyos?


               –La misma que usted. Después de comprar un par de bo‐


            tellas, ¿vamos a mi habitación o a la suya?


               Compararon las ventajas de las respectivas habitaciones


            y se decidieron por la de Luke; Steve Gresham vivía con


            una  hermana  casada;  había  niños  y  otras  molestias,  de


            modo que la habitación de Luke sería la mejor.




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