Page 334 - La Estacion De La Calle Perdido - China Mieville
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                Los vientos primaverales eran cada vez más cálidos.

            El  aire  sucio  sobre  Nueva  Crobuzon  estaba  cargado.


            Los meteoromantes de la ciudad en la torre nube de la

            Cuña  del  Alquitrán  copiaban  las  cifras  de  los  diales

            giratorios  y  arrancaban  gráficas  de  frenéticos


            indicadores  atmosféricos.  Apretaban  los  labios  y

            sacudían la cabeza.


                Hablaban  entre  murmullos  sobre  el  verano

            prodigiosamente  cálido  y  húmedo  que  se  avecinaba.

            Golpeaban las enormes tuberías del motor aeromórfico


            que se alzaba por toda la altura de la torre hueca como

            un gigantesco órgano, como los cañones de un arma


            que exige un duelo entre la tierra y el cielo.

                —Maldito  trasto  inútil  de  mierda  —musitaban

            disgustados. Se habían hecho intentos no demasiado


            en serio por arrancar las máquinas en los sótanos, pero

            no se movían desde hacía ciento cincuenta años, y no

            había  nadie  vivo  capaz  de  arreglarlas.  Nueva


            Crobuzon se veía obligada a soportar el clima dictado

            por los dioses de la naturaleza o el azar.

                En el zoológico de Cuña del Cancro, los animales se


            movían inquietos ante el cambio del tiempo. Eran los

            últimos días del celo, y el incansable nerviosismo de los


            cuerpos  lujuriosos  había  remitido  un  tanto.  Los

            cuidadores  estaban  aliviados  por  el  cambio.  La




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