Page 191 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven Un mundo fuera del tiempo
El bastón: le había reducido a un miserable
esclavo por dos veces, instantáneamente. Ni
siquiera había intentado conservar la dignidad.
Y con eso el bastón perdía la mitad de su poder,
pues él no sentía vergüenza. Sin embargo,
comprendía que varias aplicaciones de esa arma
convertirían a cualquier hombre en una piltrafa.
Corbell era el armazón de un hombre
reanimado por corrientes eléctricas e
inyecciones de ácido ribonucleico. Le habían
transformado una y otra vez, pero al menos
seguía siendo un hombre. Lo que el bastón
podía hacer de él era más duro, más perjudicial.
Cooperaría.
Pero ella estaba loca. Aunque estuviera cuerda
según los criterios de su propia época (cosa
poco probable), para Corbell estaba loca y era
peligrosa. Viejo y débil como era, tendría que
escapar antes de que ella le matara. La «cabina
telefónica» debía funcionar, puesto que no
había visto ningún horno a microondas en el
dormitorio.
La llamada a Pirssa quedaría para después.
No se atrevía a preguntar por su traje; tal vez
eso dejara entrever sus peligrosos
pensamientos. Y suponiendo que Pirssa se
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