Page 48 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven                                                        Un mundo fuera del tiempo





                  Sólo empezó a preocuparse cuando el vehículo



               flotante del guardia se detuvo ante un enorme


               proyectil,  del  tipo  calibre  22,  puesto  de  punta.


               Aquello  le  pareció  extraño.  Era  demasiado


               pequeño para ser un cohete.


                  Sin  embargo,  lo  era.  Le  sujetaron  a  una  silla


               anatómica;  había  otras  dos  en  la  cabina,


               provista  de  una  sola  ventanilla.  Estaban



               ocupadas  por  el  guardia  y  un  hombre  que


               podría  haber  sido  primo  de  Pierce:  el  piloto.


               Este se instaló junto a la ventanilla.


                  El  corazón  de  Corbell  latió  con  más  fuerza.


               ¿Cómo sería aquello?


                  De pronto tuvo la sensación de volverse muy


               pesado.  No  percibía  ningún  ruido,  salvo,  al


               principio,  un  sonido  similar  al  de  un  avión  en


               marcha. Aquello no era un cohete, sino, tal vez,



               un vehículo propulsado por electromagnetismo.


               Los  estatorreactores  Bussard  podían  realizar


               milagros con los campos magnéticos.


                  Se  sentía  pesado  y  había  pasado  la  noche  en


               vela. Pronto se quedó dormido.


                  Cuando despertó estaban en caída libre. Nadie


               le había dicho cómo actuar en esas condiciones.



               El piloto y el guardia le estaban observando.


                  —Qué jodidos —dijo Corbell.

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