Page 50 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven Un mundo fuera del tiempo
los sacaba a través de una membrana que se
cerraba automáticamente al pasar la comida.
—¿Sabes qué es lo que voy a echar más de
menos? —dijo al guardia—. A ti. A ti y a esos
malditos ojos mirones.
El guardia sonrió plácidamente y observó a
Corbell, esperando que se calmara.
Un día después de haber despegado
descendieron en una ancha llanura; desde allí se
veía la Tierra, posada entre agudos picos
lunares. Un día en vez de tres: el Estado había
utilizado mayor cantidad de energía para
llevarle hasta allí; pero en esos días el vuelo
entre la Tierra y la Luna debía ser algo
insignificante.
La pradera aparecía ennegrecida por los
cráteres producidos por explosiones.
Seguramente llevaba varias décadas sirviendo
como campo de alunizaje. Cerca del extremo
superior del acelerador lineal se veía un grupo
de burbujas transparentes; en su interior había
edificios y bosquecillos. Esparcidos por la
llanura, vehículos aéreos de diversas formas y
tamaños.
El más grande de todos era el estatorreactor de
Corbell: un rascacielos plateado tendido en el
suelo. Las sondas estaban en su lugar,
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