Page 70 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven                                                        Un mundo fuera del tiempo


                  —También  yo.  ¿Estás  realmente  bajo  mis


               órdenes?



                  —Sí,  Corbell,  pero  hay  cosas  que  debemos


               discutir.  Usted  debe  su  misma  existencia  al


               Estado.  ¡Ha  robado  una  de  las  herramientas


               para  la  supervivencia  de  la  Humanidad  en  sí!


               ¿Cuántos  estatorreactores  de  siembra  cree  que


               podemos construir? ¿Cuántas sondas biológicas


               lograrán  convertir  las  atmósferas  extrañas  en



               respirables  para  el  hombre?  ¿O  piensa  que  los


               hombres  jamás  tendrán  que  abandonar  la


               Tierra?


                  —Ordenador,  desde  ahora  responderás  al


               nombre de Pirssa. Pirssa, deja de decir bobadas.


                  Silencio.


                  Corbell  tomó  el  hábito  de  soltar  risitas


               nerviosas  de  cuando  en  cuando.  Le  ocurría  en


               cualquier  momento.  Durante  las  comidas,



               cuando  estaba  sentado  en  el  útero  observando


               el cielo, o mientras hacía ejercicio en el Club de


               la Salud, de pronto comenzaba a reír como un


               tonto.  Y  no  podía  detenerse,  porque  Pirssa  le


               escuchaba y Pirssa no podía contestar.


                  Pirssa.  La  designación  de  nombres:  Pierce,  el


               supervisor, estaba ya muy lejos en el pasado de



               Corbell; Pirssa, en cambio, era una personalidad


               impuesta  en  el  centro  de  memoria  de  un

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