Page 85 - Un Mundo Fuera Del Tiempo - Larry Niven
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Larry Niven                                                        Un mundo fuera del tiempo


               para su gusto, pero lo bastante gordo  para los


               deseos de Pirssa, cuando al fin se dirigió al gran



               ataúd.


                  Y eso ocurrió siete veces.





                  III





                  —¿Corbell? ¿Hay algún problema? Habla, por


               favor.



                  Corbell  suspiró  en  la  cámara  de  hibernación,


               incapaz de moverse. Ya se había acostumbrado


               a esa rutina: la terrible debilidad, el hambre, los


               seis meses de ejercicios y de tragar a la fuerza


               aquella insípida comida, para subir después a la


               cámara de hibernación y reiniciar así el ciclo. En


               su  séptimo  despertar  sentía  una  mortal


               resistencia a abandonar el sueño.


                  —Corbell, habla, por favor. Percibo los latidos



               de tu corazón y tu respiración, pero no te veo.


               ¿Estás  cataléptico?  ¿Quieres  que  te  administre


               un shock?


                  —No quiero ningún shock.


                  —¿Puedes moverte, o estás demasiado débil?


                  Se  incorporó,  y  eso  le  provocó  mareo.  El


               impulso de la nave era muy escaso.



                  —¿Dónde estamos? —preguntó.





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