Page 120 - Kraken - China Mieville
P. 120
—Cuando se ponen de acuerdo en algo, señal
de que hay que empezar a preocuparse —dijo—.
Los profetas. Eso es lo último que nos interesa que
hagan los profetas de los huevos. Aunque no estén
de acuerdo en los detalles, especialmente si no lo
están. ¿No has oído hablar de esos encapuchados
y antisociales que la liaron parda en Londres Este?
Sacudió la cabeza.
—Unos Hermanos de Vulpus se metieron con
una panda de druidas. Feo, feo. Esas hoces son
afiladas. Y dale con cómo va a acabarse el mundo.
—Estamos al límite de nuestras posibilidades,
Harrow —dijo Baron—. Claro que hacemos otras
cosas: sacrificios de chiquillos, crueldad contra los
animales, qué sé yo. Pero la acción está en el fin del
mundo. Cada día es más difícil manejar los
rumores sobre el apocalipsis. No damos abasto. Le
estoy siendo franco. Por no hablar de que ahora ha
pasado algo así de gordo. No me malinterprete, yo
tengo tan poco tiempo para galletas de la fortuna
como usted. Aun así. Hace poco, la mitad de los
profetas de Londres empezaron a saber, a saber,
recalco, que el mundo va camino de terminarse.
No parecía que estuviera parodiando esa
certeza.
119

