Page 362 - Kraken - China Mieville
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sirena de ambulancia, como si quisiera sumarse a
la cacofonía. Un dedo raudamente extendido: uno
de los polis llevaba un san Cristóbal, pero el
amuleto de plata era prácticamente plano, y Wati
requería tridimensionalidad para manifestarse.
Sin embargo, había un Jaguar destrozado justo al
alcance del oído, y de un salto se metió en la efigie
deslustrada del morro del coche. Allí se quedó, un
gato inmóvil y lanzado hacia delante, y escuchó a
la policía.
—¿De qué demonios va todo esto, señora? —
dijo el agente más joven.
—Y yo qué sé.
—Es un maldito crimen, señora. Quedarse ahí
sentado…
—Ahora ya estamos aquí, ¿no? —le espetó la
agente veterana. Echó un vistazo alrededor. Bajó el
tono de voz—. A mí no me gusta más que a ti,
joder, pero órdenes son órdenes.
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