Page 44 - Kraken - China Mieville
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Billy tuvo pesadillas. No fue el único. No tenía
forma de saber que aquella noche hubo sudores
fríos por toda la ciudad. Cientos de personas que
no se conocían entre sí, que no podían comparar
sus síntomas, durmieron inquietas. No era cosa del
tiempo.
Suponía darse una buena caminata, aquella
reunión a la que le habían ordenado acudir y a la
que, engañándose a sí mismo, llegó a plantearse no
acudir. Se planteó la posibilidad o, una vez más,
fingió plantearse la posibilidad, de llamar a su
padre. Desde luego, no lo hizo. Empezó a marcar
el número de Leon, pero, nuevamente, no lo hizo.
No había nada que añadir a lo que ya le había
contado. Quería hablar con alguien más acerca de
la desaparición, de aquel robo tan insólito. Hizo un
repaso mental de los candidatos a recibir aquella
llamada, pero la energía necesaria para hacerlo,
para decir algo, se iba derramando sin remedio,
abandonándolo reiteradamente.
Aquella ardilla seguía allí. Estaba seguro de
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