Page 495 - Kraken - China Mieville
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en alto como si fuera un arma. Wati estaba dentro
de un juguete de imitación, un «¡Pouer Ranguer!»,
que se habían traído.
Las cortinas estaban corridas. El hedor lo
causaba la comida podrida, la ropa inmunda, los
suelos sin limpiar. Las habitaciones rebosaban de
basura descompuesta. Había huellas: cucarachas,
ratones, ratas. Tribble gemía. Aquel ridículo ser
trepador se salió de su bolsa y medio rodó, medio
fluyó peludamente hasta el salón. De donde
provenían ruidos.
—¿Venís más? —Una voz tirante—. No puede
ser, no puede ser, ya he saldado, o vosotros lo
habéis hecho, ya habéis terminado todos, ¿no?,
esos somos nosotros, ¿no? ¿Tribble, Tribble? Pero
tú no puedes hablar, ¿verdad que no?
—Es él —dijo Dane—. Simon.
Sacó el arpón.
—Ay, joder —dijo Billy.
Sobre todas las superficies había objetos de Star
Trek: maquetas de la Enterprise, Spocks de plástico
que reivindicaban su carencia de emociones de
manera más convincente que el personaje al que
representaban, armas de Klingon colgadas en las
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