Page 19 - El Ladrón Cuántico- Hannu Rajaniemi
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Las páginas del libro se suceden.
Respiro hondo. Me duele todo. La escala de las cosas
está mal. Me tapo los ojos con unas manos inmensas.
El contacto provoca que estalle un relámpago. Mis
músculos son un entramado de cables de acero.
Tengo la nariz llena de mocos, y un agujero en el
estómago que no deja de dar vueltas, incandescente.
Concentración. Convierto el ruido sensorial en una
roca como las de Argyre Planitia, grande, lisa y
pesada. En mi mente, estoy tumbado encima de una
red finísima, tamizándome a través de ella,
disolviéndome en arenilla roja, cayendo. La roca no
puede seguirme.
De repente vuelve a hacerse el silencio. Escucho mis
pulsaciones. La regularidad de su cadencia parece
imposible: cada latido suena como el tictac de un
mecanismo perfecto.
Una fragancia floral, muy tenue. Corrientes de aire
que cosquillean entre el vello de mis brazos… y otras
partes de mi cuerpo. Sigo estando desnudo.
Ingrávido. La inaudible pero palpable presencia de
materia inteligente lo impregna todo a mi alrededor.
Y hay otro ser humano, no muy lejos.
Algo me roza la nariz. Lo aparto de un manotazo y
abro los ojos. Una mariposa blanca aletea alejándose
hacia un resplandor deslumbrante.
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