Page 36 - El Ladrón Cuántico- Hannu Rajaniemi
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Asteroides troyanos dispersos, arracimados en torno
a 2006RJ103, una pepita de doscientos klicks habitada
por vida sintética de actividad cerebral reducida.
La prisión es una rosquilla diamantina treinta
segundos luz a sus espaldas, el origen del vector
actual de Perhonen, densa, oscura y glacial.
Las naves puñal de los arcontes se aproximan
vertiginosamente a.5g, una v‐delta muy superior a la
suave tracción de la vela lumínica de Perhonen. Las
antorchas de sus motores de antimateria son
llameantes columnas de mesones y rayos gamma
expulsados a chorro en el campo de spimes.
Su siguiente destino intermedio es la Estrada, a veinte
segundos luz de distancia. Un torrente constante de
naves, una de las escasas superficies ideales
invariables en la pesadilla de n‐cuerpos de Newton
que es el sistema solar, una arteria gravitacional que
permite viajar deprisa y sin sobresaltos con el más
sutil de los impulsos. Un refugio seguro, demasiado
lejos.
De acuerdo, exhala Mieli. Modo de combate.
La tecnología de la Sobornost oculta bajo el coral de
zafiro oortiano despierta. La aracnonave se
reconfigura automáticamente. Los módulos
independientes recorren los cables para reunirse y
amalgamarse en un sólido cono compacto. Los
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