Page 37 - El Ladrón Cuántico- Hannu Rajaniemi
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dispositivos de punta de ala pasan de ser un material
reflectante perfecto a erigirse en un cortafuego
adamantino.
Justo a tiempo, antes de que los nanomisiles de los
arcontes impacten.
La primera andanada es una simple serie de impactos
de vilano que no consiguen penetrar las defensas.
Pero la siguiente tanda se adaptará y optimizará, al
igual que todas las sucesivas, una y otra vez hasta
derribar el software o el hardware del cortafuego. Y
después de eso…
Tenemos que llegar a la Estrada.
Los motores de su mente podan las ramificaciones de
la teoría de juegos como motosierras equipadas con
cadenas de diamantes. Las vías para salir de ésta son
múltiples, como las interpretaciones de una canción
oortiana, y sólo necesita encontrar una…
Otra andanada, innumerables agujas de luz en el
campo de spimes. Y esta vez, algo consigue traspasar
las defensas. Uno de los módulos de almacenamiento
eclosiona como un absceso de zafiro deforme. Mieli lo
expulsa sin perder la calma, ve cómo se aleja a la
deriva, sin dejar de mutar y fluctuar a cámara lenta
como un tumor maligno, formando órganos extraños
que disparan esporas del tamaño de moléculas contra
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