Page 40 - El Ladrón Cuántico- Hannu Rajaniemi
P. 40

No sé qué ha hecho Mieli pero, a juzgar por la nova


           en  miniatura  que  iluminó  el  espacio  hace  unos


           minutos, está peleando con uñas y dientes. Sólo que


           ahora hay una telaraña de oscuridad que se propaga


           por el zafiro de las paredes. Eso es lo que hacen los


           arcontes: se inyectan dentro de ti y te convierten en


           una prisión. El olor a serrín quemado señala la acción


           de  las  nanitas,  que  se  apresuran  a  anular  todos  los


           sistemas inmunitarios que les echa la nave. También


           se oye un ruido, el clamor de un bosque en llamas.



           Era demasiado bueno como para que durara, supongo. Ha


           estado bien, jefe. Intento recordar la emoción que me


           produjo  robar  la  joya  de  Mieli.  Quizá  pueda


           llevármela.  O  puede  que  sea  otro  sueño  de


           moribundo. Nunca me fui. Esto sólo era otra prisión


           dentro de la prisión, desde el principio.



           Entonces oigo una voz burlona en mi cabeza.




           Jean  le  Flambeur,  tirando  la  toalla.  La  prisión  ha


           acabado contigo. Te mereces volver. Eres igual que


           todas  las  mentes  bélicas  rotas,  los  juguetes


           enloquecidos  de  la  Sobornost  y  los  muertos


           olvidados.  Has  olvidado  incluso  las  proezas,  las


           aventuras. No eres él, tan sólo un recuerdo que cree


           ser…















                                                                                                              40
   35   36   37   38   39   40   41   42   43   44   45