Page 46 - El Ladrón Cuántico- Hannu Rajaniemi
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Me lo meto en la boca, mastico con fuerza y me lo
trago.
El arconte está contento.
Experimentó una momentánea sensación de
imperfección al saborear al ladrón, un presentimiento
disonante, como si hubiera dos ladrones en uno.
Pero las cosas son extrañas fuera de la Prisión
Nodriza: aquí fuera, los juegos no son puros. La fea
física de toda la vida no es tan perfecta como el juego
de los arcontes, perfecto en su simplicidad pero capaz
de contener todas las matemáticas en su
indecibilidad. Por eso su cometido consiste en
transformar esta materia en otra prisión, para
aumentar la pureza del universo. Eso es lo que les
enseñó a amar su padre, el Ingeniero de Almas. Así es
como corrigen los defectos del mundo.
Y esta materia es idónea para transformarse en
prisión. Se le hace la boca agua anticipando el sabor
de las pautas que adoptarán los dilemas iterados. Su
reprogenitor ha descubierto una pauta de deserción
que sabe a helado de pecán: una familia de estrategias
replicantes como un panfleto en un Juego de Vida.
Quizá también él encuentre algo nuevo aquí, en este
pequeño tablero de su propiedad exclusiva.
Lejos, muy lejos, sus reprorreligionarios le susurran a
través del quptenlace, protestando aún por la
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