Page 47 - El Ladrón Cuántico- Hannu Rajaniemi
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desgarradora afrenta del hallazgo de la fuga del
ladrón y el otro, la anomalía. Les dice que todo está
arreglado, que pronto se unirán a la Prisión Nodriza,
que les traerá algo nuevo a su regreso.
Contempla el entramado de celdas donde habitan los
pequeños ladrones, mariposas y mujeres de Oort
cuando los encuentra en la dulce materia. Muy pronto
se reanudará el juego, de un momento a otro.
El arconte piensa que sabrá a sorbete de limón.
—Magia —le digo—. ¿Sabes cómo funcionan los
trucos de magia?
He regresado a mi yo humano. El recuerdo de los
sentidos aumentados y la potencia de cálculo se
desvanece, pero aún perdura como el dolor fantasma
de una extremidad amputada. Y por supuesto, ahora
tengo un arconte corriendo por mis venas, enjaulado
en mis huesos, en estado de congelación
computacional profunda.
Estamos sentados en uno de los atestados módulos de
almacenamiento, amarrados a un cable mientras
giramos para obtener gravedad mientras la nave se
repara sola. Nos rodea un caudal rutilante de naves
espaciales, esparcidas por miles de kilómetros
cúbicos pero aumentadas por la piel de Perhonen:
veloces naves generacionales zoku trucadas que
expulsan calor residual como posesas, cada jornada
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