Page 57 - El Ladrón Cuántico- Hannu Rajaniemi
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—Lo  visité  hace  un  rato.  Los  Resurrectores  están


           trabajando en él. No es agradable.



           —Oh. —Isidore traga saliva con dificultad. La muerte


           es  mucho  menos  espeluznante  que  lo  que  ocurre


           después, y pensar en ello le cubre de sudor las palmas


           de las manos. Pero si aspira a convertirse en tzaddik


           algún  día,  no  puede  permitirse  el  lujo  de  que  el


           inframundo  lo  asuste—.  Por  supuesto,  si  crees  que


           servirá de algo.



           —Bien.  —El  Caballero  le  entrega  la  comemoria,


           abriendo  ambas  manos.  Al  aceptarla,  Isidore


           experimenta un cosquilleo pasajero ante lo íntimo del


           gesto. Y de improviso recuerda haber estado en una


           habitación,  rodeado  de  las  túnicas  oscuras  de  los


           Resurrectores,  en  los  espacios  subterráneos  donde


           restauran  las  mentes  de  la  exomemoria  en  cuerpos


           recién imprimados. El chocolatero recreado yace en el


           tanque de biosintéticos como si estuviera disfrutando


           de  un  baño.  El  doctor  Ferreira  toca  la  frente  de  la


           figura inerte con la ornamentada Licorera de bronce.


           El  repentino  centelleo  de  escleróticas,  el  alarido


           reverberante, las extremidades encabritadas, el pop de


           una mandíbula dislocada…




           El olor a cuero le revuelve el estómago a Isidore.



           —Eso es… monstruoso.










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