Page 58 - El Ladrón Cuántico- Hannu Rajaniemi
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—Es  muy  humano,  por  desgracia  —dice  el


           Caballero—.  Pero  existe  un  atisbo  de  esperanza.  Si


           conseguimos  recuperar  la  información,  el  doctor


           Ferreira cree que serán capaces de extirpar el ruido de


           su exomemoria y restaurarlo como es debido.



           Isidore aspira con fuerza. Deja que la rabia se disuelva


           en las serenas aguas del misterio.



           —¿Adivinas por qué estás aquí?




           Isidore  tantea  a  su  alrededor  con  los  sentidos  del


           gevulot;  la  presencia  palpable  de  los  valores  de


           intimidad de un ciudadano de la Oubliette rezuma de


           la materia inteligente que lo envuelve todo. La fábrica


           da  la  impresión  de  escurrirse  entre  sus  dedos.


           Remover  la  exomemoria  en  busca  de  los  hechos


           acaecidos aquí es como intentar aprehender el aire.



           —Este sitio era muy privado para él —dice Isidore—.


           Me extrañaría que compartiera el gevulot aun con sus


           más allegados.



           Aparecen tres pequeños drones biosintéticos (ágiles


           arañas de gran tamaño, con brillantes tonos de verde


           y morado) para ajustar las palancas y los diales de la


           máquina  de  conchado.  La  intensidad  del  sonido


           palpitante experimenta un ligero incremento. Uno de


           los  drones  se  detiene  para  examinar  al  Caballero,


           acariciando el abrigo con sus patas larguiruchas. El









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