Page 60 - El Ladrón Cuántico- Hannu Rajaniemi
P. 60
Otra de las máquinas de la fábrica cobra vida con un
balbuceo. Ésta parece mucho más sofisticada que las
máquinas de conchado de acero inoxidable. Sus
ornamentados perfiles de bronce sugieren que fue
diseñada en la era de la Corona: una fabricadora. Un
intrincado brazo de relojería danza sobre una bandeja
metálica, coloreando una pulcra hilera de macarone
con una serie de precisas pinceladas atómicas. Los
drones embalan las chocolatinas en unas cajitas y se
las llevan.
Isidore enarca las cejas con desaprobación: en
realidad nadie espera que un artesano tradicional de
la Oubliette confíe en la tecnología. Pero hay algo en
el cachivache que encaja en la forma incipiente que
comienza a insinuarse en su mente. Lo examina más
de cerca. La bandeja está cubierta de finas tiras de
residuos de chocolate.
—Necesitaré todo cuanto tengas, por supuesto, para
empezar —dice.
—La dependiente de su establecimiento afirma que
fue ella la que descubrió el cadáver. —Con un
ademán de una mano embutida en un guante blanco,
el Caballero le pasa una pequeña comemoria a
Isidore: una cara y un nombre. La recuerda como a
una conocida de pasada. Siv Lindström. Tez morena y
facciones bonitas, con el cabello oscuro arreglado en un
60

