Page 291 - El hombre ilustrado - Ray Bradbury
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Tan  pronto  como  alguien  se  vuelva  de  espaldas


           caerá asesinado. Me atrevo a anunciar que dentro


           de  una  semana  todos  ustedes  estarán  muertos,  o

           casi muertos.



           Un  viento  frío  entró  en  la  sala  de  caoba.  La  sala


           comenzó a disolverse y se convirtió otra vez en una


           caverna. Mark estaba aburrido. La mesa de mármol


           se deshizo, transformándose en unas gotas de agua,

           y se evaporó.



           Los hombres se miraron sospechosamente con unos


           brillantes  ojitos  animales.  Las  palabras  de  Mark


           eran ciertas. Se vieron a sí mismos sorprendiéndose

           unos a otros, matándose… hasta que quedara un


           último  afortunado  que  gozaría  de  ese  tesoro


           intelectual.



           Saul  los  observó  y  se  sintió  solo  y  desorientado.


           Cuando uno se equivoca, qué difícil es admitir el

           error,  volverse  atrás,  empezar  de  nuevo.  Todos


           estaban  equivocados.  Durante  mucho  tiempo


           habían vivido como perdidos. Ahora estaban peor


           que perdidos.


           —Y para empeorar las cosas —dijo Mark al fin—


           uno de ustedes tiene un revólver. Los demás sólo


           tienen cuchillos. Pero uno, lo sé, tiene un revólver.



           Todos dieron un salto.



           —¡Busquen! —dijo Mark—. Busquen al que tiene


           un revólver o son hombres muertos.







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