Page 223 - Arcana Mundi - Elizabeth Bear
P. 223

223


         secreción de olor apestoso que supuraba de entre los huecos

         de sus exoesqueletos. El tercio superior del cuerpo de un


         limazón se doblaba como una rama colgante, poniendo en

         acción un brillante y pegajoso cebo y unas pinzas capaces de

         rasgar  la  carne.  Irizarry  no  tenía  ni  idea  de  con  qué  se

         alimentaban en su propia fase, o dimensión, o lo que fuera.



                Aquí,  sin  embargo,  sabía  lo  que  comían:  lo  que


         pudieran.



                Dejó  lista  su  sonda  de  impacto,  sonando  tras  él,  para

         ayudar  a  Mangosta  en  caso  de  que  fuera  necesario.  Los

         limazones eran muchos e incluso un cheshire podía meterse

         en  un  lío  si  la  superaban  en  número.  Delante  de  él,  un


         limazón gorjeó y se oscureció al instante: Mangosta había

         matado a su primera presa.



                En cuestión de segundos, toda la colonia de limazones

         gorjeaba, una música que le puso dolor de cabeza. Avanzó


         con cuidado, alerta ahora ante cualquier señal de rantas. La

         mayor  colonia  de  limazones  que  había  visto  nunca  fue  a

         bordo de la nave abandonada Jenny Lind, que él y Mangosta

         habían  explorado  cuando  estaban  trabajando  como


         operarios  de  rescate  en  la  boojum  Harriet  Tubman.  El

         pontón estaba cubierto por dentro y por fuera de limazones;

         la colonia era tan extensa que, después de haberse comido
   218   219   220   221   222   223   224   225   226   227   228