Page 29 - Arcana Mundi - Elizabeth Bear
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         protocolos  de  guerra.  En  cuanto  le  puso  una  férula  en  la

         pierna y le curó las magulladuras, Belvedere dejó de correr


         peligro  de  muerte  inminente,  pero  Calcedonia  consideró

         que estaba demasiado herido para ser de ayuda. De todos

         modos, la arena era suave y se podía excavar, aunque no

         había forma de mantener los cuerpos por encima del agua.


         No podía hacer más.



                Cuando hubo terminado, trasladó a Belvedere de vuelta

         a la roca y se puso a recoger los tesoros desperdigados.



                Belvedere tenía una lesión en los ligamentos y la pierna

         estaba  amoratada,  pero  no  había  fractura;  sin  embargo,

         cierta terquedad surgida de la lesión le volvió aún mucho


         más propenso a salirse de los límites en cuanto se sintió algo

         recuperado. Estuvo de pie en una semana, con la ayuda de

         unas muletas y arrastrando una pierna tan rígida como la de


         Calcedonia. Nada más quitarse la férula se lanzó a explorar

         mucho  más  lejos.  La  recién  adquirida  cojera  apenas  lo

         detenía y pasaba las noches fuera. Seguía creciendo, había


         pegado un estirón y ya era casi tan alto como un marine, y

         más  capaz  de  cuidar  de  sí  mismo.  El  incidente  con  los

         asaltantes le había enseñado el valor de la prudencia.



                En el entretanto, Calcedonia confeccionaba sus collares

         funerarios.  Debía  hacer  que  fueran  todos  dignos  de  un
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