Page 245 - La Era Del Diamante - Neal Stephenson
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restaurante, deteniéndose sólo para sacar un pali‐


               llo  de  dientes  del  dispensador  en  la  entrada.


               Hubiese sido aceptable que acabase su almuerzo,


               pero,  en  el  pasado,  Chang  había  demostrado


               preocupación  por  la  seguridad  de  la  niña,  y


               aparentemente no quería malgastar el tiempo.





                 —Señorita                 Pao,          coloque              dispositivos                 de


              vigilancia  en  el  piso  de  la  chica.  Al  principio


              cambiaremos y verificaremos las cintas una vez al


              día.  Si  el  libro  no  es  detectado  pronto,


              empezaremos a cambiarlas una vez por semana.





                 —Sí,  señor  —dijo  la  señorita  Pao.  Se  colocó  las


              gafas  fenomenos‐cópicas.  Una  luz  de  colores  se


              reflejaba  en  la  superficie  de  sus  ojos  mientras  se


              perdía en algún tipo de interfaz. El juez Fang llenó


              su taza, la colocó entre las palmas, y paseó por el


              borde de la terraza. Tenía cosas más importantes


              de qué preocuparse que una niña y su libro; pero


              sospechaba que a partir de ahora en eso sería en lo


              único en lo que pensaría.








                 Descripción del viejo Shanghai; situación del


                                 Teatro Parnasse; la ocupación de


                                 Miranda








                                                                                                          245
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