Page 248 - La Era Del Diamante - Neal Stephenson
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coronas de laurel. El techo era un fresco circular
que representaba a las musas entreteniéndose con
etéreas togas. Colgaba un candelabro del centro;
las bombillas incandescentes habían sido reem‐
plazadas por cosas nuevas que no se agotaban, y
ahora iluminaba por igual las filas de pequeños
asientos colocados muy juntos en la platea. Había
tres balcones y tres pisos de palcos individuales,
dos en el lado izquierdo y dos en el lado derecho
de cada nivel. Las partes delanteras de los palcos y
los balcones estaban pintadas con imágenes de la
mitología clásica, el color predominante allí y en
otras partes era un azul de huevo de petirrojo muy
francés. El teatro estaba lleno de escayolas, así que
los rostros de querubines, cansados dioses
romanos, troyanos desapasionados y similares,
estaban siempre sobresaliendo de columnas,
plafones y cornisas, cogiéndote por sorpresa. La
mayor parte de la decoración estaba astillada por
las balas de los fogosos Guardias Rojos durante los
tiempos de la Revolución Cultural. Exceptuando
los agujeros de bala, el Parnasse estaba en una
forma bastante decente aunque, en ocasiones, en el
siglo XX, se habían colocado tuberías de hierro
negro verticales alrededor de los palcos y
horizontalmente frente a los balcones para poder
sujetar las luces. Actualmente las luces tenían el
tamaño de monedas —dispositivos de fase con sus
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