Page 252 - La Era Del Diamante - Neal Stephenson
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concepto  que  tenía  un  diseñador  de  lo  que  una


              mujer  rica  de  la  Italia  del  Renacimiento  querría


              vestir.  Miranda  tenía  grandes  ojos  de  conejo


              mientras que Kate tenía ojos de gato, y los ojos de


              gato  se  usaban  de  forma  distinta  a  los  ojos  de


              conejo,  especialmente  cuando  se  lanzaba  alguna


              frase ingeniosa. Cari Hollywood, el fundador de la


              compañía  y  dramaturgo,  que  se  había  sentado


              pasivamente en su Fierecilla, le había sugerido que


              necesitaba  más  trabajo  en  esa  área.  No  muchos


              clientes  disfrutaban  de  Shakespeare  o  siquiera


              sabían quién era, pero los que sí lo sabían tendían


              a estar en la zona de ingresos más alta y valía la


              pena  dirigirse  a  ellos.  Normalmente  ese  tipo  de


              motivación no surtía efecto en Miranda, pero había


              descubierto  que  algunos  de  aquellos  caballeros


              (idiotas esnobs, sexistas y ricos) eran muy buenos


              ractores.  Y  todo  profesional  sabía  que  era  un


              extraño placer ractuar con alguien que sabía lo que


              hacía.





                  El Turno comprendía el prime time de Londres,


               la  Costa  Este  y  la  Costa  Oeste.  En  hora  de


               Greenwich, comenzaba alrededor de las nueve de


               la tarde, cuando los londinenses acababan de cenar


               y buscaban algo para entretenerse, y acababa a las


               siete de la mañana cuando los californianos se iban


               a  la  cama.  No  importaba  en  qué  zona  horaria



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