Page 402 - La Era Del Diamante - Neal Stephenson
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reducir  la  importancia  de  aquella  conversación


              prestando igual atención a poner los ingredientes


              adecuados  en  el  bocadillo.  Se  ocupó  del  vinagre


              primero, y luego comenzó a estudiar las botellas de


              oscuras salsas colocadas en el centro de la mesa,


              como un camarero examinando una colección de


              vinos.





                  —Me robaron en los Territorios Cedidos —dijo


              Hackworth  ausente—,  y  el  teniente  Chang


              recuperó mi sombrero, más tarde, de manos de un


              rufián. —Fijó su vista, sin razón especial, en una


              alta botella con una etiqueta de papel impresa con


              un antiguo tipo de letra enrevesado. «CONDIMENTO


              ORIGINAL  DE  MACWHORTHER» decía  en  grande, y


              todo lo demás era demasiado pequeño para poder


              leerlo.  El  cuello  de  la  botella  también  estaba


              adornado con reproducciones en blanco y negro de


              medallas concedidas por monarcas europeos pre‐


              iluminación en ferias de lugares como Riga. Sólo


              una agitación violenta y varios golpes permitieron


              la expulsión de unos chorros de sustancia marrón


              del orificio, del tamaño de un poro, en la punta de


              la  botella,  que  estaba  protegida  por  una


              incrustación de un cuarto de pulgada. La mayoría


              se pegó en el plato, y algo impactó en el bocadillo.









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