Page 14 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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expansión de los humanos por la galaxia. A menos

               que descongelasen de vez en cuando a los hiberna‐

               dos para dispensarles un servicio de peluquería y


               manicura, a la hora de ser despertados por el orde‐

               nador, cuando concluyera la expedición, se verían

               aherrojados por sus propios cabellos, incapaces de


               deshacer el enredo de las uñas tanto de sus manos

               como  de  sus  pies.  Pensó  que  habría  que  darle  el

               nombre de Efecto Poe.


                      El suyo había sido el viaje más largo, pero aho‐

               ra sabían que existió un precedente: la expedición


               de  la  nave  Exodus  V,  también  llamada  Copernicus,

               cuyo camino habían reconstruido ellos tras despis‐

               tarse por entre dos sistemas solares que no se evi‐


               denciaron a la altura de sus apariencias. Indiscuti‐

               blemente, Copernicus había aterrizado aquí, bajo ese


               sol  amarillo  conocido  sólo  por  su  número:  4H

               (Cuarto Catálogo de Harvard) 97801...

                      Denise,  la  ecóloga  francesa,  miraba  con  sus


               prismáticos a través de una escotilla. Su cabello era

               de un rubio dorado y no había querido cortárselo,

               al hallarse, al fin, más hermosa cuando despertó, y


               aunque tanta hermosura resultase excesiva para su

               cara impertinente y llena de granos...

                      —Sí,  aquí  están.  En  el  Objetivo  Tres.  Pero...,


               ¿completamente  desnudos?  ¿Y  qué  hacen  esos

               grandes pescados en tierra firme? Los tienen como

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