Page 141 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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tes de verdad, o incluso superinteligentes a estas
alturas? ¿Quién fue el que planteó el esquema de
un cerebro artificial independiente y autoprogra‐
mado?
—¿Eugene Magidoff? Eso fue hace mucho
tiempo. Nadie supo continuar su obra.
—¡Porque no se le permitió a nadie que lo in‐
tentara! El hombre tenía que ser la corona de la
Creación. Está usted lleno de prejuicios, mi estima‐
do psicólogo. Ellas han encontrado ahora su opor‐
tunidad..., la oportunidad que nosotros les negá‐
bamos. Quizá Dios sea justo y bueno —dijo ella
mordiéndose el labio—. Todo esto serán herejías,
supongo.
—¿A qué herejía te refieres?
Luchó consigo misma antes de contestar.
—La idea de una evolución para todos, incluso
para los peces y las máquinas, en el sentido de un
progreso. No dejaría de gustarme que fuese ver‐
dad. ¡Ah!, mi fantasía empieza a salirse de madre
ahora, mon ami. Pero, para ser estricta, debo decir
que no es científico. La evolución darwiniana no se
refiere a un avance, lo que sería como insinuar que
las amebas y los peces son insuficientes, sin expli‐
car por qué. Como si fueran los peldaños más bajos
de una escalera. La evolución de Darwin nos habla
de la variedad soberana, de la suficiencia según el
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