Page 156 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
P. 156
—El Infierno es carnívoro, mi querida amiga.
Hay que atrapar algo y darle muerte. O permutar
algo.
—¿Permutar?
Jerónimo entrechocó los dientes. El espasmo
pasó.
—¿No tenéis unos cuerpos hermosos y bien
dispuestos? En el Infierno encontraréis mucho per‐
verso polimorfo, como lo llamaríais vosotros. Y
ahora, id a por un trozo de hielo para que yo lo
chupe, ¿eh? Tiene que ser hielo, o si no, agua ca‐
liente o sangre. Os aconsejo que no probéis el vino
de aquí. Se esfuman todas las inhibiciones, si es
que tenéis alguna.
—Lo siento de veras —dijo Muthoni.
La mujer moteada se alejó con su tridente (para
usarlo como cuchilla de cortar el hielo) en la direc‐
ción que le indicó Denise.
Al cabo de un rato regresó corriendo con algu‐
nas panículas de hielo que todavía no habían su‐
cumbido al calor. Agradecidos, todos las chuparon,
aunque Jerónimo se retorció de dolor cuando el lí‐
quido entró en contacto con los ácidos desbordados
de su perforado estómago.
De la zanja volvían a brotar quejidos. En aque‐
llos momentos, la gorda volvía a estar unida por la
base del cráneo con otra vaca fláccida, a medio
156

