Page 161 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
P. 161
—¿Visita Él este Infierno? ¿O está..., en todas
partes? En este caso, como Diablo jefe.
—Sí, desde luego que existe. ¿Recuerdas al
diablo jefe... —Jerónimo se interrumpió por efecto
de una punzada de dolor— ...el de la pintura? Sen‐
tado, con cabeza de pájaro, en el acto de devorar
almas, que al mismo tiempo va cagando en un po‐
zo a través de una burbuja de cuescos.
—¿Cómo es que tú también has sido trasladado
aquí con nosotros, Jerónimo? ¿Sabes eso? ¿No será
que estás jugando con dos barajas, por casualidad?
—¿Como puedo jugar a nada con tres agujeros
en mi estómago?
—Contesta, Jerónimo, o te juro que te abando‐
naremos aquí.
—¡Ah, la bella franqueza del Infierno! De‐
jadme, si queréis. Dejadme solo. En un par de se‐
manas habré muerto de hambre, si es que antes no
se me come alguien.
—Vendrás con nosotros aunque tengamos que
arrastrarte —dijo Muthoni.
—Eso, llevadme a rastras. Tratadme como a un
saco de patatas.
Muthoni y Sean se cargaron a Jerónimo en
hombros. En cuanto al peso, era soportable, pero el
calor no ayudaba. Sudaban a mares; de vez en
cuando, un brazo o una pierna escapaban de sus
161

