Page 207 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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El demonio de alas de mariposa se colocó al la‐

               do de Sean.

                      —El susto deteriora terriblemente la calidad de


               la  comida  de  nuestro  Amo,  ¿sabes?  De  donde  re‐

               sulta  una  carne  paliducha,  floja,  rezumante.  ¡Ali‐

               mento  pobre  y  húmedo  en  exceso!  Los  músculos


               acusan la falta de oxígeno; el glicógeno se degrada

               en ácido láctico. Es necesario un buen tratamiento

               de  las  carnes  mucho  antes  de  la  muerte,  para  ex‐


               pulsar todo el sistema —dijo soltando una carcaja‐

               da metálica—. El Infierno está destinado a preparar


               la carne de quienes se le ofrecen por sí mismos; sin

               embargo, no dejan de presentarse por aquí algunos

               tontos. Nuestro Amo tiene un gusto muy delicado.


               Nuestro  deber  consiste  en  evitarle  aromas  ofensi‐

               vos.


                      —In...  insensato  —tartamudeó  Jerónimo—.

               Nunca  os  había  visto  reunidos  en  una  bandada.

               ¡No sois más que piratas! ¡Merodeadores! No tenéis


               ningún  derecho,  ¡que  diablo!  —chilló  ,  como  si  el

               Diablo  en  persona  hubiera  alargado  un  enorme  y

               largo  brazo  por  encima  del  cráter  para  ponerle  a


               buen recaudo en su propio seno.

                      —In‐Insensato  debe  querer  decir  sensato  —se

               burló el demonio alado—, nos gusta aprender acer‐


               ca de la carne para el día en que nosotros encarne‐

               mos también. ¿Eso pretendes negarnos? ¿Pretendes

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