Page 212 - El Jardin De Las Delicias - Ian Watson
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contrarío no habría estabilidad. Evitar el dolor es
evitar la evolución rápida. Sin el dolor...
Las tijeras pellizcaron con fuerza.
—¡Así pues, os estamos haciendo un favor!
—Pero no a vosotros mismos —jadeó él.
—Tengo entendido que hay mucha evolución
agradable en otras partes del planeta —observó
otro demonio—. ¡Partes adonde no podemos ir!
Prohibidas para nosotros.
—¡Quizá podríais ir si conocierais el dolor por
vosotros mismos! —dijo Sean a la desesperada—.
¡No el dolor de otras personas, sino el vuestro pro‐
pio!
Otro pellizco. Los labios de Sean probaron el
salado sabor de la sangre.
—¿Cómo podríamos averiguarlo, si no es me‐
diante experimentos con gente como tú?
—Reprogramaos a vosotros mismos, si es que
podéis, ¡de manera que lleguéis a sentir el dolor!
Mirad dentro de vosotros mismos... Os falta algo.
¡A lo mejor se os ha aflojado un tomillo!
Muthoni emitió un ruido ahogado. ¿De agonía?
Por el rabillo del ojo pudo verla a pesar de tener la
nariz aprisionada. Estaba reprimiendo una risa lo‐
ca. El diablo que se había apoderado de ella le apli‐
có un garfio al pezón y la risa contenida se convir‐
tió en un alarido horrible.
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